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viernes, 21 de febrero de 2014

Manuel Jesús Orbegoso. Reportajes. William Faulkner.

Manuel Jesús Orbegoso, periodista peruano, uno de los más importantes dentro del género periodístico.
Manuel, fue una figura muy influyente dentro del círculo periodístico en el Perú, él tuvo la oportunidad de realizar reportajes y crónicas a figuras muy importantes. En su libro Reportajes, Editado por Ausonia en el Perú en el año 1958, nos regala muchos reportajes a figuras universales en el ámbito artístico en general, en el libro citado podemos encontrar reportajes a personajes como: Gabriela Mistral, Ciro Alegría, Icaza, Faulkner, Hemingway, López Albujar, Robert Frost, entre otros.
En este post, le ponemos al alcance la entrevista que se le hizo a William Faulkner. (El libro no especifica el año de la conferencia de prensa).
Se deja también (Video Youtube) un reportaje del Conjunto Cultural: "Presencia Cultural.com" con algunas anécdotas del gran Manuel.





ENTREVISTA A WILLIAM FAULKNER.

ARTE SOCIAL
En la conferencia de prensa, Faulkner dio respuesta una serie de preguntas con gigantesca habilidad, con ingenio, con sutileza. Se le preguntó desde si era comunista (-No, soy demócrata como todos los de Mississippi), hasta si es cierto que usted bebe mucho (-Sí, bebo, gracias), conversación que apareció en todos los diarios. Lo que se olvidaron de consignar fue su respuesta sobre si el arte debe ser social o no.
-No- contestó, en efecto, Faulkner- su principal misión es crear algo emocionante y bello, es presentar algo que antes no se conocía. Lo social o mensaje es puramente incidental.
Allá él.

LOS POETAS “TOUGH”
-¿Cree que Ezra Pound ha hecho algo por la poesía norteamericana?  -recuerdo que se le preguntó.
-No –fue su respuesta-. Creo que Ezra Pound sólo ha hecho algo por la poesía de  Ezra Pound.
-¿Cuál es su opinión sobre la poesía actual de los Estados Unidos?
-Es mala. Este tiempo no es propicio para la poesía.
Ezra Pound se refirió a una clase de poetas “tough”, que pueden enfrentarse a esta época y hacer poesía.
-La mayoría de los poetas está escribiendo en prosa-dijo.

FAULKNER NO ES HOMBRE DE LETRAS
-¿Qué opina sobre el artículo que apareció en “life” sobre usted, Mr. Faulkner?
- No lo he leído.
(El que menos murmuró con los ojos. El que menos pensó en la pedantería, la modestia, la ficción, la mentira o la realidad).
- ¿Cómo, Mr. Faulkner?
-Tengo otras cosas más interesantes que leer.
Faulkner contestaba a contrabote, lentamente, pero sin titubear, fumando su pipa y mirando profundamente. Sin cambiar su posición de sentado, cruzada su pierna corta sobre el lado derecho.
-Cuando los críticos escriben mal de usted, ¿qué hace?
-Nunca me han importado los críticos. Yo no soy hombre de letras, soy un campesino.

LOS NORTEAMERICANOS NO PIENSAN
Mientras discutían acaloradamente Cristina Gálvez y una señora gorda de salud, sobre un problema de arte, Faulkner confesaba que él no usaba máquina de escribir. Sus artículos los hacía a mano.
Luego se le preguntó:
-¿Menken ha influenciado en el pensar del pueblo norteamericano?
-No, porque el pueblo norteamericano no piensa. Ellos son buenos, quieren contribuir al progreso de los otros pueblos, pero sólo saber regalar y regalar. Son incapaces de pensar.
-Sí, saltan sobre el pensar como sobre las vallas y se arrojan desmesuradamente a actuar, al dinamismo. El pueblo peruano o el brasileño piensa más.
-¿Y la mujer?
-Siempre fuma –advirtió graciosamente el ilustre visitante que en ese instante fue asediado por la mirada de protesta de la bella Miss Sloan.

DETESTO LA DISCRIMINACIÓN
Un intelectual, émulo de Martín Adán en el sentido de que aquel también bebe, le interrogó:
-¿Cuál es, en realidad, su propuesta para que termine para siempre la discriminación racial que sufren los negros en el Sur de su país?
-Propongo que los estados del Sur se gobiernen solos, que no soporten la intervención del Gobierno Federal.
Y calló. Por su mente probablemente pasaban  en cinematográfica formas los recuerdos de “expiación” de los hombres de brea. También a nosotros nos pasaba lo mismo, fuimos capaces hasta de repetir los versos de Stephen Vincet Benet:
Y en todas partes
una tierra negra se estremece, un viento sopla sobre la tierra negraun viento sopla en caras negras, contra manos rugosas,ontraídas sobre el azadón, anudadas con reumatismo,en espaldas ancianas que se curvan sobre el algodón.El viento de frescura, el viento de júbilo.
pero nos arrepentimos.
Por último, hubo una pregunta necesaria y definitiva:
-¿Qué piensa sobre la discriminación?
-La detesto.

CIRO ALEGRÍA
Mientras salía de un cargamontón que le habían hecho los asistentes sobre los hombres de su generación, de la famosa “Generación Perdida”, se le preguntó si cuando él escribe piensa en el lector. Dijo que no.
-Yo soy mi único lector…
Se le preguntó si había leído “Ulises” antes de escribir su libro “Santuario”, con el cual hay similitud. Dijo que no.
Cuando le pregunté si había leído a Ciro Alegría, también dijo que no. (Otros ojos se expandieron de admiración por su incultura que poco a poco se refrescó, cuando pensamos muchos que a los mejor Ciro Alegría tampoco ha leído a Faulkner).

LA GUERRA
-¿La humanidad de hoy ha mejorado, Mr. Faulkner?
-Sí, notablemente, en relación con la de hace cien años.
Ahora hay que soportar más frío y hay buenos libros por 25 centavos. Sólo las estupideces, la ambición, la locura, y las tonterías continúan.
Recordando su estadía en Europa, exactamente después de la primera y segunda imbecilidad humana, se le preguntó:
-¿Qué diferencia notó usted entre la Europa de 1914 y la de 1947?
-Exactamente la de una guerra –respondió sutilmente.
Al inquirírsele si pensaba que la guerra estaba destinada a desaparecer, el notable escritor manifestó que no.

SU ABUELO IGNORANTE
Cuando Faulkner contó que su abuelo tomó parte activa en la guerra de Secesión de los Estados Unidos, alguien le preguntó:
-¿Cómo, su abuelo no fue escritor?
-No –contestó violentamente Faulkner -Mi abuelo fue un ignorante.

ZAVALETA, EL PROPUGNADOR
Zavaleta, que ese día llevaba consigo dos ejemplares de “La Batalla”, que todavía estaban frescos de tinta imprenta, y que días antes me dijera que Faulkner sólo tenía el valor de ser un revolucionario y un artífice de la técnica, se alejó del eminente escritor, lo suficiente como para acercarnos hasta la oreja menuda de Faulkner para decirle:
-Usted sabe, Mr. Faulkner, que quien está a su lado propugnador, luego volvió para contestarnos sonriendo:
-Si lo sé; esta mañana hemos discutido bastante.

DESAPARICIONES
Cerca ya de las nueve de la noche, la bella Patricia estaba desesperada por Faulkner. Faulkner, no. Parecía que él estaba contento. Total, no sé quién dio por terminada la reunión. Faulkner desapareció del escenario sin despedirse.
También desaparecieron de la mesita dos libros de Faulkner pertenecientes a Zavaleta, que llevó toda la bibliografía para darle ambiente a la reunión. Zavaleta se echó a jugar a la gallina ciega buscando sus libros. Dos eran los que le faltaban. (El otro, no sé quién se lo llevó).