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martes, 4 de enero de 2022

ENTREVISTA A VICTOR “CHUPO” MASÍAS

    

 INTRODUCCIÓN

En el proceso de investigación sobre la historia del rock en nuestra ciudad, he realizado una serie de entrevistas para sistematizar ese recorrido cronológico, cultural y social. Una de las primeras que hice fue a un personaje icónico de la escena trujillana: "El Chupo". Víctor Masías nos comentó sobre cómo su vida se fue desarrollando en conjunto con la escena independiente, nos contó sobre las bandas, los conciertos, los locales y tantos otros detalles que formaron lo que es nuestro rock en la actualidad. Es importante señalar que sobre esta entrevista (realizada el 24 de enero de 2021), se realizó en su casa en Santa María y que lo compartido es solo un fragmento de las más de dos horas y media de diálogo. 

ENTREVISTA

EB: Comencemos con un repase sobre la historia del rock en nuestra ciudad, ¿Qué antecedentes recuerdas a la escena independiente en Trujillo?

VM: En el 83 y 84 habían conciertos, aunque no iba porque era un niño, esas verbenas se daban en la Plaza de Armas y en los colegios. En estos, tocaban bandas de covers como Júpiter, Taxi y otras, que eran de rock comercial. Por otro lado, había un grupo de rock pesado: Banda Aérea. Era de los 70. Los he visto tocar, sacaban canciones de Black Sabbath y Led Zeppelin. En Banda Aérea tocaba Walter Landivar, de los mejores guitarristas de Trujillo, hasta ahora. 

También apareció Mai Mai, en el 81 u 82, de Lucho Villanueva. Ver a Mai Mai para mí fue lo máximo, porque cantaban en castellano y los punteos, la energía, era otro nivel. Esta era de las bandas que tenían toda la intención de hacer música propia; sin embargo, no se podía hablar de una escena.

E: Para ir conociendo cada época de nuestro, es importante señalar bandas representativas de casa etapa, ¿Cuáles recuerdas?

VM: Mai Mai de Luis Villanueva llegó hasta el 86 más o menos, hicieron música propia y en español. Lucho se peleaba con las bandas que hacían covers (finales de la década del 70 e inicios de los 80) había una rivalidad muy marcada, sobre todo porque en aquellos años todas las bandas tocaban en los mismos eventos.

Después él se reúne con otra gente y forma Arsix. Con esta banda duraron hasta los 90 aproximadamente, siendo la banda heavy metal más representativa trujillana, los dioses del heavy metal en Trujillo. Lamentablemente no grabaron nada. Resulta que el bajista se fue, el baterista tuvo que salir. Por ello, Lucho reúne a otra gente, chibolos artistas de la época, con ellos su estilo cambio, pasó de un heavy a un hard rock. No sé en qué momento Lucho Villanueva salió de la banda, pero los nuevos integrantes convirtieron a Arsix en una banda estilo new wave.

EB: Luego quisieron independizarse de los rasgos del exterior, ¿Cómo fue?

VM: En el 87 empiezo a juntarme con una mancha de Las Quintanas e iniciamos la creación de una escena metal. Comenzamos a jalar vente de Los Jardines, de Buenos Aires, hasta tener un número importante de gente.  En la casa de los patas, reproducíamos grabaciones de videos como de Iron Maiden a 5 lucas y llegaba gente hasta de La Esperanza. Todo esto, bajo la premisa de traer gente para crear una escena metalera. 

Por otro lado, estaba la escena de los subtes, del chino Naito y el Asalto; con ellos teníamos una gran rivalidad, mechas grandes entre los metal y los punks; con algunos nos conocíamos, pero no era que nos reuniéramos para charlar o tomar. 

EB: Aparte de lo musical, ¿Qué los motivaba para reunirse y tratar de crear una escena?

VM: El mismo hecho de ser jóvenes, la injusticia, el hacer colas, que tu familia no tenga para vivir, el terrorismo; todo eso te lleva a tomar la guitarra y gritar para expresarlo, y cuando te reúnes con gente que piensa lo mismo. En unas de mis primeras bandas, Terror, hicimos una canción que expresaba eso, lo que sucedía en el país, en nuestra sociedad. Además, el disco Esto es lo que somos de Demencia está basado en la dictadura, la violencia; todas las canciones giran alrededor de un problema social.

CV: ¿Cómo conseguían material?

VM: En nuestro caso, la melomanía era la afición. He llegado a tener más de 3mil casetes. Yo traía de Lima, otro pata también traía de Lima, a un amigo le mandaban material de EEUU porque era de familia de fichas y todo eso lo grabábamos. El trato era así, si tú querías grabar un nuevo casete, tenías que dejar otro a cargo y, de esa forma, crecía nuestras colecciones, como un trueque. Todos los días hacíamos lo mismo, éramos chibolos y copábamos nuestro tiempo en recopilar música de ese modo. 

EB: Regresando al hilo de bandas, ¿Qué otras marcaron en su respectivo tiempo? 

VM: Luego de Arsix, aparece el grupo de los punks Suicidio Temprano, una banda que rompió el cerebro a bastante gente de ese tiempo. Era postpunk denso, oscuro. Los acompañaron bandas como Blasfemia, Muérete Hijo de Puta, Blasfemia; mientras que en el grupo de los metal aparecieron Tormentor (finales del 88), Terror, Psicosis y en otro distrito Nightmare.

EB: Y en los noventas, ¿Qué bandas se posaron como las más importantes?

VM: Criacuervos fue una banda que dejó buen legado, me parece que antes que el newmetal llegue al Perú, CC ya existía, debería ser la primera en este género a nivel nacional o, por lo menos, en el norte. Con CC, salieron varias bandas con ese estilo: Radik´l OH, Reactor (antes Estados Alterados), yo he apoyado en algún momento en el bajo a Radik´l.

Para mí, esa fue la escena con más concurrencia, a mediados de los 90 hasta el 2000. Hubo bastantes conciertos y no bajaban de 200 personas; un concierto llegaba hasta 600 personas. Yo organizaba los conciertos y entre los que entraban pagando, los invitados, a los que se les hacían descuentos, en un concierto pobre entraban 250 personas. 

EB: Sobre los lugares, ¿Qué locales eran los más recurrentes para los conciertos?

VM: Bueno, hay que decir que locales propiamente no habían, hoy alquilabas uno para un concierto y al siguiente día ese se usaba para otro tipo de evento. Sí hubo algunos que se repitieron como El Aquarium, La Bóveda (que quedaba en Pizarro), por Orbegoso había uno que se llamaba La Cueva de los Tallos. También estaba El Charol, donde en el 93 o 94 tocó Leusemia, recuerdo que estaba tomando con unos patas y, de pronto, unos encapuchados llegaron, se sentaron adelante (era Daniel), se sacó la capucha y empezaron a cantar; se armó un pogazo, las mesas, las sillas comenzaron a volar. Otros de los locales era el de los Impact Light, en Estete; ahí hubieron varios conciertos, Cementerio Club, por ejemplo. Más cercanos a nuestros años, El Chaska, que además fue uno de los que duró más.

CV: Respecto a las radios, ¿Qué nos puedes contar de FSF?

VM: A Frecuencia Sin Fronteras le dimos 5 años, hacíamos un concierto mensual para mantener la radio, cada concierto recopilaba fondos y nos quedábamos un mes más. El último día despedimos el programa porque estábamos cansados y porque la gente dejó de ir a los conciertos.

Dejé 2 o 3 años la radio y regresé, pero a 96.1, también con FSF en el 2010 o 2011. Pensé que me iban a dar un día, pero me dieron toda la semana (de lunes a viernes), muchos días, así que convoqué a más gente: Los lunes poníamos rap, otros días new wave, hard rock, punk y metal, así completamos la semana. Con ellos duramos 2 años más, también con el nombre FSF, que es mi marca.

CIERRE

Como lo señalé al inicio, esta publicación no es más que el fragmento de las más de dos horas de entrevista. En otro post, completaremos los detalles que quedaron pendientes e información extra. Por otro lado, los participantes de esta entrevista fueron Edder Baldeos (EB), Carlos Valdez (CV) y Víctor Masías (VM).



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